La flor de la felicidad

Un jarro que hice hace tiempo (pintando una botella de salsa con pintura para bombilla); una tela y ramitas verdes recicladas de otro ramo; y una rosa, la última de mi rosal preferido... Una sencilla receta para alegrar cualquier ambiente,  sobretodo cuando necesitas algo de aire fresco y felicidad. Lo necesitaba...

Hoy le comentaba a una blog@miga que me he dado cuenta que los grandes acontecimientos de la vida, aquellos que realmente importan, absorben tanto nuestro pensamiento y emociones que en cierta manera nos bloquean y ralentizan nuestro día a día...

Y es que este año 2011 no ha empezado muy bien que digamos. El día 2 murió mi "agüelita" y hace unos días murió el gatito de mi hermana... Lo adoptaron en una  protectora de animales y al parecer, lo debió arañar algún otro gato portador de Peritonitis Infecciosa Felina(FIB). En cuanto el veterinario lo descubrió empezaron un tratamiento que podía darle calidad de vida unos años más.

Como estaba malito y había que ponerle inyecciones, unas gotas y pastillas, Jordi y ella decidieron llevarlo consigo al viaje que hicimos a León para pasar las navidades con mi abuela. Y como el hotel no permitía animales, pasó esos días en mi habitación, en casa de mi abuela. Por las noches, en cuanto apagaba la luz para dormir notaba como el gatín caminaba encima de las mantas en la oscuridad hasta llegar a la altura de mi cabeza. Me tocaba con su patita o con el hocico emitiendo un dulce miau, y esperaba a que le contestara dándole permiso para acostarse a mi lado. Eso sí, siempre tocando una parte del cuerpo: o encima del brazo o en la almohada tocando la cara. Era una delicia oírle ronronear tan cerca y notar las cosquillas que me hacían sus bigotitos cuando se limpiaba...

Al principio el tratamiento hizo efecto pero hace unos días empezó a empeorar... Humprey tan solo tenía unos meses y era el gatín más cariñoso y mimoso que he conocido nunca...