Bienvenido a casa - Teatro de la Morondanga

Con este nombre de la compañía: "Pequeño Teatro de la Morondanga" ya te imaginas que la propuesta teatral será curiosa.

Bienvenidos a la casa del hombre elefante. Nada es lo que parece en esta tragicomedia delirante. Para empezar, comprando la entrada tenemos acceso a dos funciones que nos permiten ver la historia de dos maneras bien distintas: cada una de las partes cambia nuestra percepción de los actores y los sentimientos de envidia y miseria que les provoca la deformidad del protagonista. Rompedora compañía de Roberto Suárez, aplaudida por la ruptura permanente de los códigos teatrales, expertos en jugar con el espectador y generar inquietantes ambigüedades. Emparentada con las atmósferas misteriosas de David Lynch y el aire naturalista de Tolcachir o Veronese, esta propuesta uruguaya única prometía sacudir a los amantes del teatro contemporáneo.

Y aunque yo soy muy de teatro clásico y no me emociona demasiado el teatro contemporáneo, tengo que admitir que la propuesta me impactó, sobretodo la atmósfera asfixiante y de locura de unos personajes que han decidido acabar con su triste vida todos juntos. La aparición de un personaje aún más trágico y con una vida llena de penurias les cambia por completo. 

La pena es que no pude ver la segunda parte de la obra, en la que ves la misma historia desde un punto de vista completamente distinto, en un escenario creado justo al otro lado de la puerta y ventana del escenario original. Y que sucede al mismo tiempo con otro público al lado, situado tras una pared que ve al mismo tiempo la obra desde el otro punto de vista. Un puntazo!

En un momento, una de las actrices cantó una canción muy triste... que reconocí enseguida porque me fascina... se trata de Nature Boy que conocí gracias a la serie Mad Men, aunque mi versión preferida y más parecida a la de la obra es la que canta el propio Nat King Cole:

Y yo seguiré leyendo Orlando de Virginia Woolf para poder entender mejor la obra que veremos a final de mes... porque en holandés aunque nos ponen subtítulos, no entenderemos nada! Tengo muchas ganas de que llegue el día porque el libro me está encantando! Sigo pensando en esa imagen tan poética del Támesis congelado, con la aristocrácia patinando y celebrando fiestas sobre el hielo, mientras debajo los peces e incluso barcas hundidas se podían ver entre el frío hielo...