Un pequeño libro es para mí indiscutible compañero de viaje, y en esta ocasión ha sido la intensa y chocante novela "Sonata a Kreutzer", de Lev Toltói.
Pózdnyshev, el protagonista de este intenso relato, explica a un compañero de viaje las razones que lo impulsaron a matar a su mujer. A través de la narración de este personaje, Tolstói arremete contra la hipocresía de los valores burgueses, un velo de ilusión que apenas oculta las oscuras pulsiones y la violencia subyacentes en las relaciones humanas. El crimen de Pózdnyshev halla su expresión simbólica en los contundentes acordes iniciales de la Sonata a Kreutzer de Beethoven; interpretados en un salón burgués «entre damas escotadas», desatan un torbellino de fuerzas capaces de transformar el alma del oyente. La música actúa como el cuchillo del asesino: ambos rasgan el velo de las apariencias, abriendo una grieta por la que irrumpen potencias imposibles de controlar.
Sonata a Kreutzer se desarrolla con una naturalidad especial y conduce al lector al aparente eje principal para revelar, al final, la verdadera intención de Tolstoi: criticar la doble moral de la burguesía de la época. La tragedia de Pózdnyshev, un desafortunado hombre que cuenta cómo su matrimonio decae, haciéndolo reflexionar acerca de los valores predominantes en una sociedad en la que, supuestamente, la rectitud es piedra angular. Al conocer los juicios que Tolstoi emite sobre el matrimonio, el libro permite apreciar que caviló mucho sobre su naturaleza: su evolución frente a la rutina, la cercanía o el distanciamiento de los que pueden ser víctimas. Resulta obvio para el lector que tales elucubraciones son fruto de su experiencia personal. También sorprende que las relaciones humanas, así como algunos sectores de la sociedad, a pesar de haber transcurrido años, siglos incluso, sigan sin aspirar a la perfección.
Tolstoi en esta novela dejó a un lado la discreción y lanzó un dardo envenenado a su mujer en este libro autobiográfico, provocando a doña Sofía Andreievna ser el hazmerreír de toda Rusia como bien dijo ella: “Yo misma he sentido en el fondo del corazón que esta novela está dirigida contra mí, que me ha herido terriblemente, que me ha rebajado a los ojos de todo el mundo y que ha destruido los restos de nuestro mutuo amor”. En “Sonata a Kreutzer” Tolstoi niega el amor y ataca a una sociedad que ha convertido al matrimonio en una tapadera para poder mantener relaciones sexuales sin quela Iglesia las considere pecaminosas. También considera dichas relaciones como una bajeza indigna y al matrimonio como el más terrible error que un hombre puede cometer. Como se ve no deja títere con cabeza, parece que el ideal de Tolstoi es una completa extinción de la raza humana.
Pózdnyshev, el protagonista de este intenso relato, explica a un compañero de viaje las razones que lo impulsaron a matar a su mujer. A través de la narración de este personaje, Tolstói arremete contra la hipocresía de los valores burgueses, un velo de ilusión que apenas oculta las oscuras pulsiones y la violencia subyacentes en las relaciones humanas. El crimen de Pózdnyshev halla su expresión simbólica en los contundentes acordes iniciales de la Sonata a Kreutzer de Beethoven; interpretados en un salón burgués «entre damas escotadas», desatan un torbellino de fuerzas capaces de transformar el alma del oyente. La música actúa como el cuchillo del asesino: ambos rasgan el velo de las apariencias, abriendo una grieta por la que irrumpen potencias imposibles de controlar.
Sonata a Kreutzer se desarrolla con una naturalidad especial y conduce al lector al aparente eje principal para revelar, al final, la verdadera intención de Tolstoi: criticar la doble moral de la burguesía de la época. La tragedia de Pózdnyshev, un desafortunado hombre que cuenta cómo su matrimonio decae, haciéndolo reflexionar acerca de los valores predominantes en una sociedad en la que, supuestamente, la rectitud es piedra angular. Al conocer los juicios que Tolstoi emite sobre el matrimonio, el libro permite apreciar que caviló mucho sobre su naturaleza: su evolución frente a la rutina, la cercanía o el distanciamiento de los que pueden ser víctimas. Resulta obvio para el lector que tales elucubraciones son fruto de su experiencia personal. También sorprende que las relaciones humanas, así como algunos sectores de la sociedad, a pesar de haber transcurrido años, siglos incluso, sigan sin aspirar a la perfección.
Tolstoi en esta novela dejó a un lado la discreción y lanzó un dardo envenenado a su mujer en este libro autobiográfico, provocando a doña Sofía Andreievna ser el hazmerreír de toda Rusia como bien dijo ella: “Yo misma he sentido en el fondo del corazón que esta novela está dirigida contra mí, que me ha herido terriblemente, que me ha rebajado a los ojos de todo el mundo y que ha destruido los restos de nuestro mutuo amor”. En “Sonata a Kreutzer” Tolstoi niega el amor y ataca a una sociedad que ha convertido al matrimonio en una tapadera para poder mantener relaciones sexuales sin que
Entre las “perlas” que deja el libro he seleccionado las siguientes:
- “Las depravaciones no son ningún desarreglo físico, sólo consiste en liberarse de todo vínculo moral con la mujer con la que se mantienen relaciones. Antes consideraba un mérito ese proceder.” (¿No os suena a Sade?)
- “Es extraña la ilusión de que la belleza es el bien”
- “Las prostitutas de corto plazo son despreciadas; las de largo plazo, estimadas”
- “No se debe pensar que el amor sexual es una cosa elevada, sino comprender que el hombre no alcanza la dignidad por la unión carnal ya sea en el matrimonio o fuera de él”
- “A los desgraciados les va mejor en la ciudad. Allí un hombre puede vivir cien años sin darse cuenta que hace mucho tiempo que está muerto y podrido”
http://www.youtube.com/watch?v=U8RjYCd9dAA
lo cogiste de mis libros o lo tenias en la biblio? a que está genial! a mi cada vez me gusta más la literatura rusa!!! (tu hermana Cristina)
ResponderEliminares de los tuyos, pero te los voy devolviendo poquito a poco jeje! Es genial porque te incita a leerlo con la voracidad en que él va explicando su desastre, pero no acabo de comprender como entienden la vida los rusos de esa época. Sus niveles de valores, su honor, su Orgullo y forma de hacer es completamente distinta a la nuestra y además creo no compartirla para nada. Pero quizá por eso mismo me atraen...
ResponderEliminarNunca leí ningún un autor ruso. Aunque me compré Ana Karenina, no lo he leído.
ResponderEliminarSuelen ser pesimistas y eso me deprime.
Tienes razón Luciana, suelen ser muy deprimentes... pero lo que me gusta de ellos es la profundidad con la que observan y hablan de los temas psicológicos de la sociedad, aunque sea muy diferente a la nuestra.
ResponderEliminar¡Hola Guacimara!
ResponderEliminarDe modo que este libro fue tu segundo compañero de viaje! ;-)
Yo tampoco leí libros de autores rusos, no me llaman la atención, y menos aún si decís que son deprimentes... pero si me lo recomiendan tal vez lea alguno. ¿Qué tal este, me lo recomiendas?
Ya nos mostrarás las fotos de vuestro viaje, si quieres puedes colgar la nuestra.
Aún me parece raro que te haya conocido en persona, jejeje! Fue curioso y muy interesante.
No descarto ir a Gerona un día, os debo una invitación :-)
Besos.