En Europa el primer lunes de abril marca una de las efemérides más curiosas y tiernas: El Día del Gato.
El origen del día del gato se traza a una mesa de tragos en Irlanda, cuando dos de las damas más exquisitas del siglo XIX comentaban sobre la libertad sexual irrestricta de las gatas. Jennie Jerome, madre del eximio estadista Winston Churchill, y su gran amiga-la hermosísima y erudita emperatriz Elisabeth de Wittelsbach-Habsburgo(más conocida como Sissy), entre carcajadas comentaban las peripecias de sus mascotas gatunas.
Las dos señoras acordaron proponer a sus consortes la idea de legislar a favor de un día para el felix catus, pero el político Randolph Churchill (esposo de Jennie) murió de una galopante sífilis antes de poder proponer lo que muchos consideraban una descabellada idea, y el adusto emperador Francisco José I-consorte de Sissy-le espetó que estaba más loca que una cabra que había almorzado con hongos cuando ella le hizo la sugerencia. En el siglo XX, la idea del Día del Gato fue retomada por la Sociedad Balcánica De Defensa de los Animales, logrando que a finales de la década de los 80 se estableciera el primer lunes de abril como Día del Micifuz.
Os habeis fijado que hay una relación estrecha entre los escritores y los gatos? Aunque muchos sostengan que el "flechazo" entre escritores y gatos proviene del carácter solitario, sedentario e individualista de la escritura (la típica imagen de Ernest Hemingway escribiendo en la soledad nocturna y ardiente del trópico, rodeado de gatos), creo que esa extraña alianza de amor se explica por la actitud de libertad suprema del felino, que podría traducirse: "Si te hago compañía es porque quiero, no porque me lo pides". El escritor -Borges lo ha dicho- es un anarquista, en el sentido llano del término. No tiene horarios para escribir y su tarea muy raras veces la realiza a pedido. O sea, en pocas y entendibles palabras: "hace lo que quiere". Pues bien, lo mismo hace el gato. Así, la relación entre los escritores y gatos es una alianza entre seres libres.
- Tennessee Williams: tuvo un gato llamado Topaz.
- Charlotte & Emily Brontë: tuvieron un gato llamado Tiger que jugaba con el pie de Emily mientras ella escribía "Wuthering Heigts".
- Alejandro Dumas: tuvo los gatos Mysouff I y Mysouff II, siendo este último de color blanco y negro, el favorito del escritor, pese a que se comiera en una ocasión todos los pájaros exóticos de la casa. También tuvo un gato llamado Le Docteur.
- Charles Dickens: tuvo una gata llamada William a la que rebautizó con el nombre de Williamina. Todo ello se debió a que consideraba que su gato era un macho y gracias a que tuvo una numerosa camada de gatitos descubrió que era una hembra. Y eso que la gata avisó al escritor de que no era un macho cuando inició los preparativos del parto con su traslado dentro del estudio de Dickens. De esa camada nació Master's Cat y fue el único que se quedó con Dickens.
- Mark Twain: tuvo numerosos gatos como son Apollinaris, Beelzebub, Blatherskite, Buffalo Bill, Satan, Sin, Sour Mash, Tammany y Zoroaster.
- Lord Byron: tuvo cinco gatos que llegaron a viajar con él. Entre ellos destacamos a Beppo, cuyo nombre fue recogido por Borges para bautizar al suyo, originalmente llamado Pepo.
- Edgar Allen Poe: tuvo una gata llamada Catarina, quien se sentaba frecuentemente en su hombro mientras él escribía. La gata le inspiró la obra "The Black Cat".
- Victor Hugo: tuvo un gato llamado Chanoine, aunque inicialmente se llamaba Gavroche y no le gustaba, y otro que se llamaba Mouche. F. Scott Fitzgerald: tuvo un gato llamado Chopin.
- Theóphile Gautier: tuvo numerosos gatos a los que llamó Childebrand (un gato negro y rayado al que mencionó en "La Ménagerie Intime"), Cléopatre (hija de Epoine y a la que le gustaba mantenerse sobre 3 patas, siendo mencionada en la misma obra), Don Pierrot de Navarre (a este gato blanco le gustaba robarle la pluma y engendró a 3 gatitos negros, siendo mencionado en la obra anterior), Enjoras (este gatito negro era hijo de los blancos Don Pierrot y de Séraphita y fue bautizado con un nombre procedente de la obra "Les Miserables", siendo también mencionado en la obra anterior), Eponine (gato de piel negra con los ojos verdes procedente de los mismos padres que Enjoras, con la misma procedencia de su nombre y siendo mencionado en la misma obra), Gavroche (gato negro con idénticas referencias al anterior), Madame Theóphile (gata blanca y roja a la que le gustaba robar la comida y mencionada en la misma obra), Séraphita (gata blanca que tuvo 3 gatos negros con Dom Perriot y también aludida en la obra anterior) y Zizi (un angora que le gustaba tocar las teclas del piano y también mencionado en la misma obra).
- Colette: esta escritora tuvo varios gatos: Franchette, Kapok, Kiki-la-Doucette, Kro, La Chatte, La Chatte Dernière, La Touteu, Mini-mini, Minionne, Muscat, One and Only, Petieu, Pinichette, Toune, Zwerg y Saha, a la que dedicó su novela "La Chatte".
- T. S. Elliot: tuvo varios gatos llamados George Pushdragon, Noilly Prat, Pattipaws o Pettipaws, Tantomile y Wiscus. Walter Scott: tuvo un gato llamado Hinse al que le gustaba molestar a los perros de Scott, hasta que en 1826 uno de esos perros acabó con su vida.
Oda al gato
Pablo Neruda
Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.
El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.
No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche. Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo es inmundo
para el inmaculado pie del gato.
Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.
Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.
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Más información sobre gatos y escritores: http://www.elortiba.org/gatos.html
Què maca la Chi! Se me cae la baba :)
ResponderEliminarNo sabía nada del Día del Gato, los míos ya están avisados y quieren celebrarlo igualmente así que mañana comeremos la Mona a su salud XD He visto que los escritores que has comentado tienen todos gatos con nombres muy altisonantes o muy aristocráticos, a una de los míos la suelo llamar Lady Penelope porque es muy princesa y no le gusta tratarse con según quien. Creo que tendré que presentarlos en el blog prontito.
Molts petons
P.D. Ja has tornat de Berlín?
¡Ahí va, no sabía que hoy era el día del gato! :-)
ResponderEliminarSobre la segunda parte de tu entrada (los escritores y los gatos) estuvimos hablando precisamente en la tertulia literaria del pasado enero. No sé si la llegaste a leer, pero me hicieron una entrevista en El Jardinet dels Gats sobre aquel día:
http://eljardinetdelsgats.wordpress.com/2010/02/03/noemirisco/
Un saludo,
Tanakil.
Pues me entero que hay un día para los gatos. No es un animal que me guste mucho, pero sé que a mi mozo le va a interesar esta noticia, los adora.
ResponderEliminar¿Qué tal Berlín?
Petons.
Pues no lo sabía! Que lindo todo lo que decis... y los mininos asustados ! Ahora no tengo gato pero de chica , en el campo, teníamos dos, de los cuales tengo cosdas para contar...
ResponderEliminarMuchos besos
Yo tampoco lo sabía. Y lo de los escritores, y Sissí.....Pero ¿tus días también tienen 24 horas Guacimara??? Es que te dan de sí tanto que me acomplejas. Felicidades por tu interesantísimo blog.
ResponderEliminarlittleEmily, sí, por favor! Presenta tus gatines en el blog! Me encantaria conocer a Lady Penelope, o Lady Pe para los amigos jeje!
ResponderEliminarTanakil, lo descubrí por casualidad pero la verdad es que dudo que mucha gente conozca esta celebración.
Patrícia, ya me di cuenta en Londres que los gatos no son de tu predilección. Por Berlín muy bien, a ver si me pongo con las fotos y una entrada.
Eliane, algún día podrías hacer un cuento breve sobre ellos, jeje!
Alicia, ya em gustaria tener días de 25 o 26 horas! Lo que pasa es que internet y los ordenadores me fascinan desde pequeñita y les dedico mucho tiempo, jeje!
No sabía que existía un día dedicado a los gatos. Pero me dio mucha risa, porque acá se les dice gatos a las chicas de la farándula que trabajan horas extras por la noche jajaja.
ResponderEliminarEn cuanto a mi, no tengo mucho de escritora y, aunque soy "bichera", prefiero los perros.
Besos.