El día de mi cumpleaños, el pasado 29 de diciembre compramos los billetes para ir justo un mes después a Nueva York a visitar a Laura, una amiga que estará viviendo allí año y medio.
Tenía en mis estanterías el libro Notas de América de Charles Dickens y ya que íbamos a ir a Nueva York y además es año Dickens, me decidí por él en primer lugar.
Me sorprendió descubrir que en 1842 era una ciudad mucho más salvaje, sucia y desorganizada de lo que me imaginaba. En palabras de Dickens: una Nueva York
de los cerdos vagabundos que campan por sus calles recordando a los guarros de
San Anton de los pueblos españoles; las diligencias que machacan al viajero, las
casas de postas, los restaurantes, o la costumbre generalizada de mascar tabaco
y escupir en cualquier lugar...
No recuerdo como me enteré que Elvira Lindo acababa de editar un libro sobre esta ciudad. Hurgué un poco en su blog dedicado a este libro con fotos de la gente y me llamó la atención así que fui derechita a la librería para auto regalarme Lugares que no quiero compartir con nadie de Elvira Lindo, Seix Barral.
A ver, es un libro lleno de experiencias personales en las que la autora intercala aquellos lugares especiales que comparte en pareja, con amigos o simplemente cuando sale de fiesta o pasea a Lola, su perrita. Cafeterías, restaurantes, rincones, parques e incluso gimnasios donde describe como son y que encuentras allí. Un libro para aquellos que hacen una segunda visita a la ciudad o para aquellos que estarán una larga estancia.
Por supuesto, no podía olvidar los comentarios tan buenos de algun@s bloguer@s sobre Historias de Nueva York, de Enric González. Así que lo encontré en una biblioteca de Girona y empecé a leerlo unos días antes de marchar.
Menos mal que leí antes el de Elvira Lindo porque el libro de Enric González está tan bien escrito y trata los temas de una manera tan sencilla pero a la vez interesante, que si hubiera leído después el de Elvira Lindo, seguramente se me habría echo pesado e insustancial y lo habría abandonado.
Lo recomendaría a todo el mundo que vaya por primera vez a la Gran Manzana, indispensable!
Cuando llegó el día de marchar estuve pensando qué llevarme para leer allí en el Kindle (regalito de reyes y cumple) y al final me decidí y cargué Brooklyn follies, de Paul Auster.
Cuando estoy de viaje suelo leer cada noche antes de dormir y aprovechar algunos trayectos largos de metro, autobús o tren. Pero en este viaje estrujamos tanto el cuerpo y las fuerzas que apenas leí estando allí. Al ver que allí mucha gente leía en su ebook en el metro, pude robar algún ratito en los tramos largos de metro y por supuesto también para los vuelos de ida y vuelta.
Siempre llevo una o dos guías de viaje. Esta vez me acompaño Top 10 Nueva York, Guías Visuales (2003) y aunque era algo viejita la escogí porque me gustó tanto la información que daba de los lugares para visitar como la distribución por barrios con sus cosas más importantes.Antes de marchar la completé leyendo Nueva York, guia de TimeOut (2010) para tener actualizados algunos datos. Fue en esta guía donde vi la High Line de la que habló Cristina en su viaje.
Fue un viaje maravilloso que sigo recordando día a día. Y ahora que Sara marchará hacia allí para visitar a Laura y celebrar sus cumpleaños, llevarle unos cuantos encargos y un par de regalitos de nuestra parte, aún lo he recordado más...
Os dejo para ir un ratito a observar la ciudad que nunca duerme... http://www.earthcam.com/usa/newyork/timessquare/
¿verdad que NY es increible? ¡Cömo disfruté yo también de mi viaje allí Guaci! Un beso (tomo buena nota de todo, pero me atrae lo e Elvira Lindo) Más besos
ResponderEliminarMe gustan mucho sus artículos en El País pero en cambio en el libro se me hacía a ratos demasiado histriónica. Eso sí, encontrarás un montón de referencias a lugares concretos con más o menos encanto, pero seguro que merecedores de hacerles una visita. Pásate por el blog del libro y ya verás que fotos más bonitas...
ResponderEliminarBesines de Semana Santa.