Compañeros de viaje - lecturas

Ahora sí ha llegado el verano... qué calor!!! Esperando a que me pasen a buscar unas amigas para ir a la playa, escribo prontito por la mañana pero ya con unos sudores dentro de casa que ni te cuento!

Ha habido años que el calor empezaba las últimas semanas de mayo y junio, haciendo insufrible el final de curso en el cole, sudando dentro y fuera de las aulas. Por suerte, éste fue un final de curso muy agradable y no empezamos a tener calorcito hasta casi final de junio. Pero el julio también ha sido muy atípico: no ha hecho el calorazo de otros años y además ha habido muchos días de lluvia, para desgracia de aquellos que hicieron las vacaciones ese mes.

Cuando se acercan las vacaciones me gusta planificar algunas lecturas que tengo pendientes. Aquellos libros que por su grosor o temática prefiero leer con el calorcito en la playa o en casa y disponiendo de más tiempo. Pero cuando viajo escojo libros más pequeñitos como Compañeros de viaje, de Henry James, (Navona) que me llamó la atención además de la portada por su título y el autor, que me encanta. El Sr. Brooke, un americano en un viaje de turismo por Italia conoce en Milán a un compatriota y enseguida empieza a sentirse atraído por su hija Charlotte, una joven de gran encanto. A lo largo del tour por Florencia, Venecia y Roma los dos tienen ocasión de contemplar algunas obras maestras de los artistas italianos y de reflexionar acerca del arte y de la vida. Esta obra de juventud que sirvió para otra posterior más ambiciosa, nos muestra a un Henry James ya con una sorprendente destreza para combinar el romance, la crónica de viaje y la introspección psicológica. Es uno de esos libros de los que nos esperas demasiado y que te sorprenden. Y si además eres amante del arte y viajar, y conoces los lugares y obras a las que se refiere entonces se convierte en un dulce deleite.

En junio dediqué mi poco tiempo libre para lecturas a Los amores de Sylvia de Elizabeth Gaskell (Mondadori). Una historia dramática de una joven provinciana y bastante despreocupada que tambalea su vida entre dos hombres antagónicos: el comerciante Philip Hepburn y el marinero (arponero) Charley Kinfaid. Las tramas de Elizabeth Gaskell de amor y sufrimiento humano enganchan, sus libros están bien escritos y además, hay un gran estudio de las diferentes clases sociales de la época. En este en particular es muy interesante la vida de un pueblo portuario inglés del siglo XVIII durante el período épico y miserable de las guerras napoleónicas. Ofrece un retrato extraordinario de las costumbres y los comportamientos de toda una comunidad rural donde el orden y el individualismo, el amor y la mentira son capaces de exaltar y de destruir las relaciones humanas. 

Igual que me ocurre otras veces, al acabar un libro de más de 600 páginas necesito leer algo más ligerito, así que recuperé del montón de libros que me dejó mi hermana L'obra mestra desconeguda, de Honoré de Balzac (Quaderns Crema). Éste librito blanco, además de ser una historia de amor, se ha convertido en un libro de culto y punto de referencia de pintores. Cézanne lo tenia como libro de cabecera e hizo numerosas anotaciones en los márgenes, mientras que Picasso, fascinado, le dedicó una serie de gravados (aguafuertes).

Una curiosa historia sobre el amor, el arte y el mundo interior del artista que lees de un tirón pero que no te deja indiferente.

Mi libro de este verano es Ana Karenina, que me acompañó en julio al curso de Llívia y también a Pamplona. Pero para viajar en avión y sobretodo con Ryanair conviene escoger libros con poco peso. Así que Ana Karenina se quedó en casita y me llevé a Mallorca Muerto para el mundo de Charlaine Harris (True Blood). Leí el primer libro de esta saga en la que se basa True Blood pero así como he seguido la serie, no me interesaron las novelas hasta leer en el blog de Luciana el argumento de este cuarto libro. Enseguida me llamó la atención y lo fui a recoger a la biblioteca el día antes de marchar. En tan sólo cuatro días de ratitos de avión, playa y antes de dormir ya lo devoré, de manera que el resto de la semana de vacaciones volví a releer y disfrutar los fragmentos más suculentos de la relación entre el Eric sin memoria y Sookie.

Me gusta llevar guías cuando viajo para conocer mejor la cultura, arte, historia y encontrar los rinconcitos y costumbres que al turista genérico no suele interesar. En este caso ha sido un placer leer (completita) la guía de Mallorca de Miquel Rayó, escritor  mallorquín de libros infantiles y juveniles a quien invitamos y visitó nuestra escuela hace unos años. Un señorín encantador del que tengo muy buen recuerdo y del que me ha encantado leer sus descripciones tan cultas (en comparación con otra guías) y consejos para encontrar calas y pueblitos típicos de la zona. Se trata de la Guía Total dedicada a Mallorca, de Miquel Rayó (la que yo tengo es una edición anterior también con un molino pero de color azul, como los típicos de allí).

Y de momento eso es todo. A seguir con Ana Karenina en casa o en la playa y algún que otro librito para el tren:

Los amores de Sylvia en la playa.

Tren Girona-Barcelona.

Tren Barcelona-Pamplona.