El sitio de mi recreo - Antonio Vega

Frágil, en un mundo descomunal.. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez? Un maldito gigante, el cáncer, le ha ganado la lucha. Antonio Vega se ha ido a los 51, aunque desde hace tiempo amenazaba con dejarnos.

Hacía mucho que había dejado de ser el chico de ayer, ése que escribió y le puso música a la movida madrileña con Nacha Pop. En solitario, con mayor o menor éxito, compuso auténticas joyas. Alguna noche, la que le apetecía se escapaba de su propia prisión y se plantaba en el escenario de la sala Clamores, sin previo aviso, para alegría del que le oía. Alegría… Qué palabra tan extraña para hablar de la mismísima voz de la melancolía. Han pasado los años, y sigo sin poder escuchar una canción de Antonio sin que me recorra un hormigueo por el cuerpo, sin que asome una lágrima traicionera…

Dicen sus amigos que se murió ya hace cinco años, cuando despidió a su amor, a Marga. Hoy, tan sólo se ha mudado al sitio de su recreo…

Donde nos llevó la imaginación

donde con los ojos cerrados
se divisan infinitos campos

Donde se creó Ia primera luz
junto a la semilla del cielo azul
volveré a ese lugar donde nací

De sol, espiga y deseo
canto y risa,
voy del miedo

Viento que en su murmullo parece hablar
muere el mundo y con gracia le ves bailar
y con él el escenario de mi hogar.

Mar bandeja de plata, mar infernal
es un temperamento natural
poco o nada cuesta ser uno más.

De sol, espiga y deseo
son sus manos en mi pelo
De nieve huracán y abismos
el sitio de mi recreo,

Silencio, brisa y cordura
dan aliento a mi locura
Hay nieve, hay fuego, hay deseos
allí donde me recreo.