Por fortuna, el cuarto se encontraba al extremo de la galería, la cual, por no tener ventana, estaba generalmente en penumbra y ahora en tinieblas completas porque ya se había puesto el sol y se apagaban las últimas claridades del crepúsculo.
Jane Eyre, Charlotte Bronte.
Es para mí el mejor momento del día, cuando los colores y olores son más intensos, cuando empieza a caer la noche... es esa hora cuando aprovecho para caminar, recoger alguna flor o fruta del campo y al llegar a casa, leer al aire libre casi en penumbra, vislumbrando los últimos momentos de luz del día, disfrutando del frescor del aire y los olores intensificados, deleitándome con los colores rosados y violacios del cielo... descubriendo las primera estrellas de la noche...
Hoy volví a casa de mi paseo con un albaricoque, una ramita de jazmín y otra flor desconocida que desprende un olor muy suave pero encantador. El olor a jazmín lo relaciono a mi niñez y adolescencia, y desde que leí "Crepúsculo" estoy convencida que es el olor que desprende Edward Cullen... pues cuando lo leí llevaba en mi bolso una bolsita de esencia de jazmín y cada vez que abría el libro, olía su peculiar perfume... jeje!
Suelo oler todo lo que se pone a mi alcance y hay olores en especial que me vuelven loca, como por ejemplo algunos tipos de té que te transportan a lugares preciosos (como explica Maria en "Junto a una taza de té"). Así que pasé todo el camino de vuelta acariciando el albaricoque, cuya piel me recuerda a la de un bebé, y oliéndolo intensamente. No se porqué relacioné enseguida el "olor a albaricoque" con la novela de Jane Eyre de Charlotte Brönte... curioso vínculo!
Jane Eyre me ha deslumbrado, pues es la historia de una niña huérfana que crece en un triste colegio de Lowood. Cuando se hace mayor comienza a trabajar como institutriz en casa de los Rochester, atrayendo en seguida la atención del señor de la casa. Poco a poco su gran amistad derivará en un profundo amor. Sin embargo, algo mucho más profundo subyace bajo esa bonita historia, que en su época escandalizó a los críticos victorianos: su rechazo anticristiano de aceptar las formas, costumbres y convenciones de la sociedad, es decir, su feminismo rebelde.
Ebook: http://www.4shared.com/file/73274568/441796e2/Bronte_Charlotte_-_Jane_Eyre2.html
Para acabar os dejo la canción "Olor a mandarinas" del blog "Mi canción de hoy":
http://www.goear.com/listen/8080240/olor-a-mandarinas-zahara
Hoy volví a casa de mi paseo con un albaricoque, una ramita de jazmín y otra flor desconocida que desprende un olor muy suave pero encantador. El olor a jazmín lo relaciono a mi niñez y adolescencia, y desde que leí "Crepúsculo" estoy convencida que es el olor que desprende Edward Cullen... pues cuando lo leí llevaba en mi bolso una bolsita de esencia de jazmín y cada vez que abría el libro, olía su peculiar perfume... jeje!
Suelo oler todo lo que se pone a mi alcance y hay olores en especial que me vuelven loca, como por ejemplo algunos tipos de té que te transportan a lugares preciosos (como explica Maria en "Junto a una taza de té"). Así que pasé todo el camino de vuelta acariciando el albaricoque, cuya piel me recuerda a la de un bebé, y oliéndolo intensamente. No se porqué relacioné enseguida el "olor a albaricoque" con la novela de Jane Eyre de Charlotte Brönte... curioso vínculo!
Ebook: http://www.4shared.com/file/73274568/441796e2/Bronte_Charlotte_-_Jane_Eyre2.html
Para acabar os dejo la canción "Olor a mandarinas" del blog "Mi canción de hoy":
http://www.goear.com/listen/8080240/olor-a-mandarinas-zahara
Huele a nuevo. Como los libros del colegio cuando empieza. Como a tostadas recién hechas. Como cuando miras como si no lo hubieses hecho nunca. Y vas a oscuras. Buscas a tientas el olor a mandarinas. Me respiras y nos gusta, aunque no me lo digas, que luego hacerlo no nos cuesta nada. No quiero un final feliz, sólo quiero serlo. Repartir el amor, retrasar el momento de irnos. Y al despegarnos, no dejar inmolarse el pecho. Repartir el placer, prolongar el encanto de vernos. Huele a casa. Como al volver de vacaciones en septiembre. Como a café con leche hirviendo. Como a manta y tele. Como si fueras tú el que ha sido siempre. No quiero un final feliz, sólo quiero serlo. Repartir el amor, retrasar el momento de irnos. Y al despegarnos no dejar inmolarse el pecho. Repartir el placer, prolongar el encanto de vernos. Flotar y brillar. Irradiar, alumbrar.
