La hija de Robert Poste vs La tía Mame

Cada vez creo más en el efecto "orden invertido" (que me acabo de sacar de la manga, jeje!). Me explico: hay libros parecidos que si los lees en un orden te gustan los dos, pero como los leas en el "orden invertido", el primero te encanta y en cambio el segundo tienes que dejarlo.

Hacía mucho tiempo que tenía en el ebook "La hija de Robert Poste" de Stella Gibbons y había oído buenas críticas e incluso me la habían recomendado. Un día, al encontrarme con este artículo me llamó la atención y pensé que era el momento de leer "La hija de Robert Poste".

Siento decir, que he tenido que abandonarlo y eso que en un principio me gustó mucho su aguzado humor y los curiosos personajes que aparecen. Pero al seguir, poco a poco se me hizo insulso, pesado y poco atrayente... En esta decisión estoy segura que tiene mucho que ver el hecho de haber leído antes el artículo que os he comentado y de haberme gustado tanto "La tía Mame" hasta el punto que aún la tengo muy presente...

Según el artículo de El lector con pulso "La tía Mame despliega encanto, aprecio, cariño y mucha clemencia. Es un personaje inclasificable, desconcertante, camaleónico, mayormente irreflexivo e instintivo hasta bordear lo ridículo pero sin llegar nunca a perder la dignidad, y capaz de, si se requiere, mostrar sensibilidad, sensatez, inteligencia y sobre todo aptitud para la supevivencia, favorecida por su desahogo económica. Flora Poste, en cambio, no excita los mismos sentimientos. Siendo un personaje simpático, también queda evidenciado que es entrometida, mangoneadora, caprichosa, infantilmente egoísta, hedonista y otros muchos más calificativos que perfectamente pueden ser aplicados a la tía Mame pero que su sobrino se encarga de matizar."

Otro aspecto que enriquece a "La Tía Mame" es el testimonio de tolerancia, personal, social, racial o religiosa, que fundamentalmente subyace a lo largo de la narración, aflorando en determinados momentos, y que es su  mensaje básico.

El tiempo hace que "La hija de Robert Poste" quede reducida a una simpática e ingeniosa, aunque ajada, broma privada, un ajuste de cuentas con compañeros de profesión, pasado y, al parecer, familia. Una broma que, por su inteligencia, puede provocar sonrisas, mientras "La tía Mame", con su moderna y plenamente vigente brutalidad, abiertas carcajadas."

No es la primera vez que me sucede. El año pasado tuve que abandonar El abuelo de 100 años que saltó por la ventana, pues el protagonista y sus enredos con los momentos y personajes históricos más importantes de Europa a lo largo de su vida, me parecía una burda copia de la maravillosa novela de William Boyd "Las aventuras de un hombre cualquiera". Y en otra ocasión, estoy segura que La librería de Penelope Fitzgerald me abría gustado mucho más si justo antes no me hubiese leído la completamente recomendable Sociedad literaria de Pastel de Patata de Guernsey de Mary Ann Shaffer...

En definitiva, que si hubiese leído antes "La hija de Robert Poste" y luego "La tía Mame" seguramente abría disfrutado de las dos ampliamente.

Os ha ocurrido alguna vez?