Me escapo un ratín de mis deveres para dejaros una receta muy sencillita que hacía mi madre cuando era pequeña. Se trata de una tarta de piña y nata muy fresquita y suave.
Necesitáis 400gr de nata para montar endulzada con un par de cucharadas de azúcar. Montáis la nata y la mezcláis con 8 rodajas de piña en almíbar cortada en trocitos pequeños.
En un recipiente colocáis bizcochos (duros o blandos a gusto) bañados en el líquido de la piña con un chorrito de licor que tengáis a mano (en mi caso hoy ha sido Ratafía). Hacéis una base, luego encima una capa de nata con la piña mezclada y tapáis con otra capa de bizcochos y otra capa de nata y piña. Según el tamaño del recipiente y el grosor de las capas necesitareis entre 12 y 20 bizcochos. A l@s que os guste mucho la piña, podéis utilizar más rodanchas.
Al acabar, decorad al gusto y... voilà! Una tarta fácil y fresquita preparada para degustar el fin de semana.