"Mientras haya una persona que se la crea, no hay ninguna historia que no sea verdadera."
Leo una y otra vez esta frase y sigo embrujada con ella y con el cuento de Paul Auster que en la Navidad de 1990, The New York Times le encargó.
Paul consigue contarnos en este atípico cuento navideño como cae en un profundo pánico al aceptar ese encargo, batallando con los fantasmas de Dickens, O.Henry y demás maestros del espíritu navideño, y con sus propios sentimientos que evocan en él lamentables efusiones de hipócrita y dulzona sensiblería.
El protagonista del cuento es él mismo, que compra sus cigarrillos holandeses en un estanco de Brooklyn regentado por Auggie Wren, quien tiene una curiosa afición: sacar fotografías del mismo ángulo de su calle a diversas horas en todas las estaciones, año tras año.
"Comprendí que Auggie estaba fotografiando el tiempo, el tiempo natural y el tiempo humano, y lo hacía instalándose en una minúscula esquina del mundo y deseando que fuera suya, montando guardia en el espacio que había elegido para sí.
(...)casi como si hubiera estado leyendo mis pensamientos, comenzó a recitar un verso de Shakespeare:
- Mañana y mañana y mañana -murmuró entre dientes- el tiempo avanza cauteloso."
"¿Cómo podía nadie proponerse escribir un cuento de Navidad que no fuera sentimental?" Paul decide salir a dar un largo paseo, con la esperanza de que el aire despeje su cabeza. Será Auggie quien le contará "el mejor cuento de Navidad que hayas oído nunca. Y te garantizo que cada palabra es verdad."
Nada más leer este relato, el director de cine Wayne Wang decidió contactar con Auster para proponerle el guión de una película y de la experiencia nació SMOKE, cuyo final es, precisamente, EL CUENTO DE AUGGIE WREN.
Dios mío pero cuantas cosas interesantes descubro en tu blog, no sabía la relación de la peli de Smoke con el cuento de Auster. ¡Gracias!
ResponderEliminarVanesa, yo tampoco lo sabía! Lo anoté en la tertulia de Noemí sobre libros de navidad, y cuando leí la contraportada lo vi. Es de esas historias que no sabes nunca que va a pasar después. Muy interesante.
ResponderEliminarMuchisimas felicidades Guacimara!!! Cuantos festejos juntos!!!!!! Precioso el cuento, no lo conocía, debe ser de las pocas cositas que no he leído de Auster, saludos
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