Al entrar me pareció extraño que hubiese tan poca gente en la sala a tan sólo 5 minutos para empezar. Pero enseguida lo comprendí.
La ópera "Lord Byron" de Agustí Charles es de ese tipo de música contemporánea que no tiene ni sentido, ni sensibilidad, ni emoción ninguna. Y no es que sea reacia a la música contemporánea porque hay obras contemporáneas en las que el compositor consigue ambientes sonoros increíbles y extrae de los instrumentos de la orquesta unos efectos y sonoridades casi imposibles que me dejan con la boca abierta y con muy buen sabor de boca.
Pero en este caso, siento mucho no entender este tipo de música y por extensión este tipo de Arte. Para mí, el arte sin motivo ni un mínimo de estética es abominable. Y esta ópera no tenía valor ninguno: ni la música, ni el libreto, ni la escenografía. A los 15 minutos me di cuenta de que esa maraña de inquietantes sonoridades seguirían sin lógica ni nexo con el texto durante el resto de la obra. La historia en la que Lord Byron y Shelley se conocen en su viaje por Europa no tenia ningún aliciente y estaba absente del mínimo interés dramático y teatral.
Siento en el alma decir que me pareció sosa y aburrida así que decidí marchar en la media parte, lo que sorprendió a mi madre porque ella me vio atenta y expectante en todo momento a lo largo de los 65 minutos del primer acto. Pero si no me gusta algo, no tengo la obligación de quedarme hasta el final y sufrir en vez de disfrutar. Y soy persona que me gusta todo y disfruto con muy poco. Pero no podía seguir allí con esa sensación de que me están tomando el pelo. La sorpresa de mi madre fue ver que en la media parte un número ingente de gente pensó lo mismo y abandonaron el Liceo igual que nosotras.
A parte de la música, la escenografía en un inicio aparentemente interesante con unas plataformas en forma de rocas resultó ser monótono y aburrido, así como las entradas y salidas sin sentido de otros elementos y de los cantantes y personajes.
Por lo que respecta a los intérpretes la orquesta BCN216 sonaba bien ya que la música contemporánea es su especialidad. El coro con difíciles, largas y complicadas intervenciones enarmónicas también supo mantenerse a salvo. En lo que respecta a los intérpretes solistas no tengo suficientes conocimientos de canto para decir si eran buenos o no, aunque la partitura no les ponía fácil su trabajo con esa inclemente música. Lo que sí observé es que ampliaron sus voces con micrófonos ambientales, cosa que dice muy poco de los cantantes de ópera.
Otro tema importante sobre los cantantes es que, si la ópera es de producción catalana y en catalán (aunque había fragmentos en inglés y francés) tan difícil era contratar un equipo de cantantes catalanes mínimamente capacitado para interpretar esa obra y además conseguir que se entendiera algo? El público nos vimos obligados a seguir el sobretitulado para entender lo que cantaban en un catalán completamente ininteligible.
En definitiva, hablamos de un churro de espectáculo que creó en el público la huída masiva en los tres días de representación.
Aquí podéis leer una crítica oficial en El País que a mi entender ha sido muy blanda con el espectáculo pero que acaba así:
He encontrado también entradas de otros bloggeros y público que expresa su desconcierto y desconformidad con el espectáculo aquí y aquí.No hay que desesperar, Lord Byron, acogida en el Liceo con aplausos tibios pero sin abucheos, es solo la segunda ópera de Charles y Rosich.