jueves, 8 de octubre de 2009

Plenitud - Macbeth

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Supongo que a esto se refieren cuando hablan de la madurez o la plenitud de la vida.
Esa época en la cuál te sientes a gusto contigo mism@: has superado la verguenza, timidez e inseguridades de la adolescencia, has aprovechado al máximo tu juventud y llegas a un punto en el que tu interior se serena y empiezas a disfrutar al máximo de los placeres lentos de la vida (buena compañía, buen@s amig@s, la família, la naturaleza y las artes en todas sus expresiones) sin dejar de lado algunas pequeñas locuras de vez en cuando, claro!

En la última clase de inglés, la nueva profesora nos preguntaba:
- What's the secret of the hapiness?
y después de deliberar entre varias opciones, sus aplicad@s pero aún verdes alumn@s consensuamos la siguiente respuesta:
- The secret of the hapiness is to be happy with that you have. (sorry for my english)
O sea, que si tienes la suerte de estar a gusto con lo que tienes y de valorarlo, aprovecharlo y quererlo realmente, puedes sentirte afortunad@, pues eso es la felicidad.

Este es uno de los temas que últimamente me ronda por la cabeza. Estoy pasando una de mis mejores épocas y por supuesto una de las épocas en las que me siento más a gusto. Pero si le soy fiel a mis creencias "agnósticas" (como me gusta llamarlas de broma), que sirven para animarme en las malas épocas porque sé que las seguirá una buena época (lo que los orientales llaman el Ying y el Yang, el equilibrio), ahora debo preveer que llegará una mala época más pronto o más tarde... Sé que es necesario pasar malos momentos para luego valorar mejor los buenos, pero estar en el fondo duele mucho...

El tema de la felicidad relacionada con la ambición es uno de los que aparece en Macbeth, que releí la pasada semana con la intención de prepararme mejor para la obra de teatro del domingo, pues era en inglés con subtítulos en catalan. Al tener los asientos en primera fila, al mismo nivel de los actores, el plafón de los subtítulos queda demasiado alto y si sigues el texto te pierdes la expresión de los actores, que es lo que más merece la pena sobretodo teniéndoles a un metro de tí.

El domingo fue la última de las cinco funciones en Salt-Girona con lleno y el público acogiendo entusiasmados el Macbeth de Donnellan, con la compañía Cheek by Jowl, aclamando el trabajo al descubierto de magníficos actores.
Shakespeare es para esta compañía una nutritiva fórmula de realimentación. En este montaje la sorpresa llega con una austeridad sin precedentes para recrear la historia del magnicidio. Sombras, luces, niebla artificial y la preséncia de un violín son elementos suficientes para crear el escenario de los excesos de esta criminal pareja.

Anastasia Hille (Lady Macbeth) ofrece un tratado de sensual elegancia interpretativa, mientras que Will Keen (Macbeth) aparece con un dibujo deliberadamente plano, entre lo infantil y la locura.

Ni sangre, ni espadas, ni morbo. Las simulaciones de los actos son suficientes, como el de la violación y asesinato de Lady Macduff, para transmitir la tensión. La única licéncia que rompe esta línia es el gag del portero, una punk con falda escocesa dentro de una recepción con interfono que sirve para relajar el drama.

Un exquisito trabajo de interpretación de los actores, los que nos dieron una magnífica lección de expresividad, fuerza, interiorización y exteriorización de los sentimiento con sus matices e incluso de canto y baile a la perfección. Viendo a actores y grupos de la calidad de esta compañía Cheek by Jowl, como también de los ya familiares "The Watermill Theater" un@ se da cuenta de lo lejos que estan nuestr@s mejores actores y actrices de teatro de llegar a esta perfección.

PD: No he conseguido encontrar ninguna imagen de Ryan Kiggell, el actor que consigue un Banquo noble, carismático pero tierno; que tanto me recordó a nuestro Matthew Macfadyen y me hizo imaginar en este papel. Cómo me hubiera gustado verlo encarnando al Príncipe Hal en Henry IV, en el Royal National Theatre...


4 comentarios:

  1. Guacimara: Si la felicidad es...estar feliz con uno mismo. Y así estarás feliz con tu entorno! Yo siempre digo que soy inmensamente feliz, por mi, por mi familia y por los amigos bellos que tengo!!!!!!Que más necesitas????
    Un abrazote

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  2. La felicidad consiste en eso, estoy segura de que si. Pero no pienses que ahora le toca venir una mala epoca, eso es relativo, por lo menos yo lo veo asi.

    ¡Que lujo de obra! Matthew trabajo en esa compañia de teatro. Ay, ojala fuera él uno de esos actores, ya me habrias visto por Cataluña.
    Petonets.

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  3. También me hubiera gustado ir a ver Henry IV, pero no lo descartés, al menos vivís en el mismo continente.
    Hace poco vi una versión de Macbeth con James McAvoy y la señora Keeley no se cuanto...
    Es una versión moderna, de la BBC.

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  4. ELIANE, tu felicidad se desprende en tu blog, comentarios, fotografias y encuentros literarios.

    PATRÍCIA, acabo de releer tu comentario y no tenía ni idea de que Matthew Macfadyen había estado en esa misma compañia!!! Que pasada! Yo sin saberlo, ese actor que me recordaba tanto a Matthew hizo que su presencia estuviera en toda la representación! Buah! no creo mucho en telepatías ni energías, pero cosas así me ponen la piel de gallina! Si Cheek by Jowl vuelve el próximo año, te aviso con tiempo por si quieres venirte por aquí unos días. Son buenísimos!
    LUCIANA, buscaré esa versión de Macbeth de la BBC. Como todo lo que hacen, seguro que merece la pena. Gracias!

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